El toboseño Diego Avendaño en el Motín de Esquilache



Por diversas causas -carestía del pan, escasez generalizada de productos básicos, descontento social, lucha por el poder de distintos grupos nobiliarios...- se produjo en Madrid en marzo de 1766 -y en muchos lugares de España, entre ellos en El Toboso- una serie de protestas. En Madrid las protestas se radicalizaron cuando el ministro de Carlos III Esquilache prohibió el atuendo tradicional. El 23 de marzo de 1866, Domingo de Ramos, se inició el tumulto en la Plaza de Antón Martín y al día siguiente llegó a las puertas del Palacio Real. El rey Carlos III huyó el día siguiente al palacio de Aranjuez. Se asaltaron almacenes, cuarteles y cárceles. Y aquí aparece el toboseño Diego Avendaño, que consiguió en estas circunstancias salir de la cárcel -desconocemos qué delito había cometido- y convertirse en un cabecilla de la revuelta. Los rebeldes obligaron al obispo de Cartagena y Presidente del Consejo de Castilla Diego de Rojas a redactar una carta dirigida al rey con los motivos y circunstancias del motín. El encargado de llevar la carta a Aranjuez fue Diego Avendaño, que fue recibido por el rey. Carlos III intentó entregarle una propina pero Diego Avendaño le pidió el indulto y un trabajo. El rey le nombró guardia del Resguardo del Tabaco de Galicia. Avendaño regresó a Madrid con la contestación del rey, que se leyó en un balcón de la Casa de la Panadría de la Plaza Mayor frente a la multitud, que esperaba ansiosa las noticias que había traído el toboseño. El rey accedió a las peticiones de los amotinados -especialmente en la bajada del precio del pan- y pidió que terminase el motín. La destitución del ministro Esquilache le convirtió en el chivo expitatorio del descontento popular y de las intrigas de los distintos grupos de poder en la corte. Nada más sabemos de Diego Avendaño, protagonista accidental del Motín de Esquilache.

Comentarios