domingo, 30 de marzo de 2014

La pintura de Tristam Hillier sobre El Toboso

Ya hemos hecho referencia en otras ocasiones a El Toboso como motivo pictórico, ya sea como pretexto para representaciones ideales evocando El Quijote o desde la realidad. Entre este último grupo se encuentra una obra del pintor Tristam Hillier (China, 1905-Inglaterra, 1983), que participó con el grupo de los surrealistas en los años treinta del siglo pasado, siendo influenciado por Giorgio de Chirico y Max Ernt. Perteneció al grupo Unit One liderado por Paul Nash. Después de la II Guerra Mundial vivió en Francia y en España, donde se inspiró para muchas de sus obras. Expuso en las mejores galerías del mundo y alcanzó cierto renombre. 
En su obra Monasterio y fuente en El Toboso -pintada en 1958- reconocemos un típico espacio toboseño, aunque con inevitalbes licencias artísticas, que representa el rincón del pozo de la Gascona -donde el autor ha situado una fuente-, con el convento de trinitarias y las escuelas al fondo. Un agricultur se acerca en su burro, del que casi arrastra la carga -quizá cantando el romance de Roncesvalles, como en el Quijote-. En primer plano, a la izquierda, una silla un tanto enigmática aparece a pleno sol junto a la puerta de una casa cubierta por una cortina. Un pino improbable proyecta su sombra por las rodadas de la calle. La quietud y el silencio, el sol poderoso, toda la fuerza de un pasado no muy lejano -los años cincuenta del siglo pasado, en plena posguerra- que se acerca con la capacidad de evocación que otorgan la luz y el color -y el mito  que subyace en cualquier rincón de nuestro pueblo.
Tristam Hillier, Monasterio y fuente en El Toboso, 1958

Parajes de El Toboso en el Catastro de Ensenada

  Detalle de un mapa del partido judicial de Quintanar de finales del siglo XIX con el término municipal de El Toboso, con sus principales c...