A pesar de que Cervantes inscriba a Dulcinea de El Toboso entre los muchos y antiguos linajes nobiliarios de El Toboso -seguramente con ironía-, los archivos demuestran una aversión justificada de los habitantes de esta villa por tener como vecinos a este estamento exento de pagar impuestos. En 1530 no había ninguno, pero en el Vecindario de 1591 seis vecinos -aunque solo representan el 0,53% de la población- consiguieron convencer a los empadronadores de su condición hidalga, aunque finalmente un juez determinó su improcedencia. Esta situación contrasta con la de otros pueblos próximos, donde el porcentaje de hidalgos y nobles es muy superior -por ejemplo Miguel Estaban o Hinojosos-. Sin embargo otros pueblos como Campo de Criptana o Mota del Cuervo también muestran aversión a los hidalgos. El historiador Jerónimo López-Salazar Pérez -"Hidalgos de carne y hueso en La Mancha cervantina", Pedralbes, 25, (2005), pgs. 51-101)- lo justifica por la competencia entre clanes rivales en los pueblos, pendientes de que no sobresalga el competidor -ya hemos hablado en otra entrada de estas luchas en El Toboso-. Este historiador recoge un documento de la Chancillería de Granada en el que se refleja cómo unos testigos oyeron decir -en el proceso por el que el concejo de Pedro Muñoz en 1593 alistó como pechero -contribuyente- a un hidalgo-: lo siguiente «Empadronémosle, aunque sea hidalgo como lo es, e no consintamos que haya hidalgos en esta villa, pues no los consienten en El Toboso».
Uno de los casos más notorios y excepcionales de hidalguía de El Toboso es el de Zarco de Morales, que además de hacendado era doctor en Bolonia, aunque con problemas con la justicia por intentar medrar a costa de los bienes municipales.
Escudo de El Toboso, del que se eliminaron las marcas distintivas
En caso de conflicto sobre una hidalgúa se acudía al procedimiento judicial de la ejecutoria. De El Toboso solo hay constancia de una en el siglo XVII.
En el siglo XVII aumenta el número de hidalgos, de los que queda constancia documental y por los signos exteriores de su riqueza y representación social -escudos en las fachadas, capellanías..
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