martes, 17 de junio de 2025

Dulcinea, Ana Zarco y el deterioro del Museo Casa de Dulcinea

Son bien conocidos los numerosos y múltiples enfoques de los estudios sobre Dulcinea del Toboso y Aldonza Lorenzo -el fin de semana pasado hemos participado en el II Coloquio Internacional sobre Dulcinea celebrado en la Casa de La Torre, concretamente en la mesa redonda, apuntando estas ideas que ahora desarrollo- pero no tanto el personaje de Ana Zarco de Morales tan presente en El Toboso a través del Museo Casa de Dulcinea. Desde que los cervantistas -a partir de la biografía de Mayans a mediados del siglo XVIII en la que situó a Cervantes en el territorio de La Mancha- buscaron  los modelos vivos en la realidad histórica, Cervantes pasó a recaudar impuestos en El Toboso, a enamorarse de una tal Ana Zarco, perteneciente a la hidalga familia del doctor Zarco de Morales y a sufrir desengaños amorosos en la villa e incluso a ser perseguido por los toboseños. Navarrete y Clemencín fueron aderezando este relato toboseño. El alcalde de Argamasilla de Alba Ramón Antequera en 1863 enamoró a su Rodrigo Pacheco -modelo vivo de Alonso Quijano- de Ana Zarco. Azorín al pasar por El Toboso visitó y describió la que ya se conocía como la casa de Ana Zarco y por lo tanto de Dulcinea, también llamada Casa de la Torrecilla, en estado de ruina, como muchas de las antiguas casas solariegas del pueblo. Rodríguez Marín siguió abundando en estas ideas y el alcalde toboseño Jaime Martínez Pantoja creyó encontrar documentos que certificaban la existencia de Ana Zarco al tiempo que iniciaba una colección de ediciones de Don Quijote que fueron la base del actual Museo Cervantino. No obstante, Astrana Marín negó rotundamente en su colosal biografía de Cervantes estas conexiones reales de Cervantes con El Toboso y Ana Zarco. Pero el mito siguió vivo y en 1948 el Estado compró dicha casa y gracias al impulso de otro alcalde, Jaime Olmo, se inauguró el Museo Casa de Dulcinea en 1967, que se convirtió en un importante foco de atracción turística, que se restauró en 2005 coincidiendo con el IV Centenario de la primera parte de Don Quijote, y que en la actualidad se encuentra muy deteriorado, teniendo cerrados por ruina el magnífico palomar y la almazara, a pesar de estar declarado Monumento histórico-artístico.

Podríamos decir que gracias a esa corriente de cervantistas empeñados en buscar modelos vivos de don Quijote en El Toboso -casi un género literario en sí mismo- se pudo ofrecer un lugar de peregrinación para los amantes de la obra universal del alcalaíno. Por lo tanto no sería inteligente renegar de dicha corriente, como no reniegan en Verona de Romeo y Julieta, mostrando el balcón de sus encuentros. Eso sí, siendo conscientes de que se trata de una construcción teórica sin pruebas palpables, sin caer en el ridículo de intentar hacer creer a los que visitan el pueblo que Ana Zarco existió y que Cervantes se enamoró de ella y por eso creó el personaje de Dulcinea. Y es que todo foco de atracción turística siempre se adereza con leyendas más o menos ingeniosas y devertidas, pero sin caer en el ridículo.

El Museo Casa de Dulcinea se creó en el edificio arruinado que perteneció a la familia del doctor Esteban Zarco de Morales -el hermano de ese tercer eje añadido a Dulcinea y Aldonza Lorenzo, Ana Zarco-, que sí tiene un sustrato histórico rastreable en los archivos y en los vestigios que han llegado hasta nuestros días.

En entradas anteriores ya hemos hablado del fundador de esta estirpe,  el doctor en leyes por la universidad de Bolonia, Don Esteban Martínez Zarco de Morales Villaseñor, que junto a su mujer Catalina de Morales fundó un vínculo y mayorazgo para sus sucesores en 1599, adscribiendo su casa principal, el escudo familiar y varias tierras. Le sucedieron su hijo Flaminio de Morales, que pretendió el reconocimiento de la hidalguía de su padre y la exención fiscal pero tuvo problemas con la justicia, su nieto del mismo nombre, que según Astrana Marín ejerció como abogado en Madrid, aunque yo no he encontrado su rastro en el Archivo de Protocolos de la Comunidad de Madrid. Otro nieto del fundador, Bautista de Morales regentó el mayorazgo al tiempo que ejercía el patronato creado por su tío Don Alejo Morales de Nieva para la construcción del monasterio de Trinitarias. Le sucedió su hija, que se casó y vivió en Alcázar de San Juan y murió sin descendencia en 1713. El vínculo creado por los fundadores estableció que en caso de no haber descendientes directos se transformase en una capellanía para perpetuar su memoria. También se establecía la creación de una capilla, pero la valoración de la casa y los demás bienes no permitían tal empeño, pues especialmente la casa estaba muy deteriorada después de años de abandono. Con la intervención del toboseño Prior de Uclés Francisco Sánchez Márquez se creó solo la capellanía, regentada por familiares descendientes de los fundadores. La casa de los fundadores siguió degradándose y cambiando de manos hasta que como hemos apuntado fue restaurada y convertida en Museo Casa de Dulcinea en 1967.

Interior del Museo Casa de Dulcinea, en la parte exterior de la almazara que permanece cerrada, así como el palomar, por su lamentable estado de deterioro y falta de rehabilitación

Visto el lamentable estado de deterioro desde 2005 que ha ido padeciendo la principal atracción turística de El Toboso,  cómo se iban cerrando el palomar y la almazara y cómo todo el Museo Casa de Dulcinea iba degradándose, no podemos dejar de hacer un llamamiento al Museo de Santa Cruz de Toledo y al Ministerio de Cultura, a la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, al Ayuntamiento de El Toboso para que pongan en marcha un plan que permita la restauración de un museo que es sin ninguna duda una de las principales señas de identidad de un pueblo como El Toboso tan necesitado de impulsos que detengan la decadencia tan notoria que padece.

Mesa redonda "De la Mancha al universo mundo" dentro del II coloquio Internacional Dulcinea del Toboso celebrado el pasado 14 de junio en la Casa de la Torre


miércoles, 16 de abril de 2025

Exposición sobre la cerámica de Mota del Cuervo en el Museo Casa Natal de Cervantes en Alcalá de Henares

El Museo Casa Natal de Cervantes en Alcalá de Henares muestra en la exposición Alma de cántaro un recorrido por la cerámica de Mota del Cuervo a través del tiempo, integrada en las salas del mismo, pudiéndose ver diversos tipos de cántaros, lebrillos y demás piezas características, así como fotografías de su proceso de elaboración y transporte. Esta artesanía ha ido desapareciendo hasta prácticamente haberse dejado de elaborar en la actualidad. Curiosamente el museo que se creó en Mota del Cuervo hace poco tiempo para rocordar esta impotante artesanía, seña de identidad de Mota del Cuervo, permanece cerrado a los visitantes. El comisario de la exposición Leopoldo Casero Perona, moteño de nacimiento, ha realizado una gran labor de investigación, ofreciendo un trabajo merotorio que consigue reivindicar esta artesanía tan importante durante siglos. No podemos evitar considerar la omisión de cualquier referencia a la cerámica producida en El Toboso, en este caso sí aludida en El Quijote expresamente por Cervantes, como extraña, y más considerando que el documental de Ramón Biadiu que se exhibe en la exposición, se refiere a las tinajas toboseñas cervantinas utilizando imágenes de las cantarerías de Mota. En cualquier caso nos alegramos de que Leopoldo Casero haya comisariado esta exposición sobre la cerámica de Mota que tan bien conocemos y apreciamos en El Toboso.




domingo, 9 de marzo de 2025

Parajes de El Toboso en el Catastro de Ensenada

 

Detalle de un mapa del partido judicial de Quintanar de finales del siglo XIX con el término municipal de El Toboso, con sus principales caminos

Al estudiar detenidamente los registros catastrales de El Toboso he ido anotando algunos de los nombres de los parajes que aparecen en las miles de páginas del detallado Catastro de Ensenada que se elaboró en El Toboso en 1752. Son nombres llenos de sugerencias y evocaciones. Gracias a la ayuda de mi padre, un agricultor jubilado de 89 años, he podido ir localizándolos, porque en la mayoría de los casos se ha mantenido el topónimo hasta nuestros días. Muchos de estos nombres ya aparecen en documentos desde el siglo XV y XVI. Toda la vida agrícola de El Toboso discurre por estos parajes, que encierran historias de trabajo, ambición, litigio, herencias y disputas. 

En dicho Catastro encontramos las propiedades de los grandes terratenientes laicos -Pedro Martínez Morales, Diego Arias...- y los eclesiásticos -poseían un tercio, 6.122 cuerdas* del total de 18.574, repartidas entre los 19 clesiásticos seculares, los tres conventos, capellanías y cofradías-, que eran propietarios de la mayor parte de las mejores tierras de labor, diseminadas por el término municipal de El Toboso, aunque también aparecen algunas tierras y parajes que hoy corresponden a Pedro Muñoz -por ejemplo El Raso, donde el convento de agustinos tenía extensas parcelas-. También se contabilizan las exiguas tierras de los pequeños agricultores. Se especifican los linderos de cada parcela y se adjunta un pequeño dibujo perimetral, la superficie medida en fanegas y celemines, y la calidad de las mismas. En este caso nos interesa registrar el nombre de la ubicación de las parcelas: los diferentes nombres de las navas, las casas de campo, los cerros, los pozos, los caminos... El mundo agrícola dejó como testigo del pasado el nombre de los parajes donde transcurrieron siglos de trabajo y ambición por la posesión de la tierra, la principal fuente de riqueza de una villa ementemente agrícola. Los ejes vertebradores de todo el término municipal son los caminos que conducían a los pueblos limítrofes, como Belmonte,  los Hinojosos,  Quintanar, Miguel Esteban,  Campo de Criptana, Alcázar, Gúzquez, que ya era un despoblado.

La estructura de la propiedad de la tierra ha ido cambiando con el tiempo, especialmente desde las desamortizaciones de las numerosas tierras pertenecientes a la Iglesia, que se iniciaron a finales del siglo XVIII y se intensificaron en el siglo XIX, y que también afectaron a las tierras pertenecientes al Concejo. Desde los años setenta del siglo pasado continuaron los cambios en la posesión de la tierra, proceso que sigue en nuestros días. Pero los topónimos de estos parajes permanen con todas sus resonancias, que nos llevan hasta un pasado que nos trae hasta nuestros días la evocación de su mundo. Y es que El Toboso sigue siendo una villa eminentemente agrícola, a diferencia de los pueblos limítrofes que se transformaron y crecieron desarrollando actividades secundarias y terciarias. En gran medida El Toboso sigue anclado en toda esta topografía del pasado que ahora recordamos. 

He aquí una muestra de algunos de los parajes, caminos, pozos, cañadas, carriles, cerros, sitios y lugares que se mencionan: 





Detalle de la red de caminos de El Toboso en un mapa del s. XIX



*1 cuerda = 39.2 metros. 1 cuerda = 0.39 hectáreas. 1 cuerda = 4,000 metros cuadrados.










martes, 4 de febrero de 2025

Francisco Javier Escudero nos aproxima a la complejidad de la biografía de Cervantes

 

Francisco Javier Escudero ha intentado hacer en su reciente libro Eso no estaba en mi libro de Miguel de Cervantes una síntesis muy personal de sus amplias lecturas e investigaciones sobre el gran novelista. Va recorriendo las distintas polémicas en torno  a las diferentes etapas de la ajetreada vida del alcalaíno, y no intenta sentar cátedra sino que más bien va planteando distintos puntos de vista y a veces se atreve a plantear sus dudas y a aventurar hipótesis a partir de los escasos y contradictorios datos de la vida del escritor. En un momento de sinceridad, se pregunta: “Cervantes, ¿qué nos has legado? Si tomamos un camino lo vemos como fiel católico; si tomamos otros, demuestra excesivo interés en lo herético y anticristiano: ¿qué dirección tomamos ahora que se divide en dos? Es un autor complejo y que sigue siendo desconcertante”.

Respecto al realismo en las obras de Cervantes, siguiendo la herencia de grandes cervantistas como Luis Astrana Marín, Escudero, a partir de sus propias y exhaustivas investigaciones en los archivos, propone diferentes identificaciones de los personajes y escenarios de la ficción. Todos conocemos los excesos y extravagancias que se han vertido intentado apropiarse de los territorios y personajes que creó el novelista, pero en este ensayo se evitan ocurrencias más o menos interesadas vistas desde el campanario de aldea.

Escudero nos plantea más contradicciones que certezas pero de eso se trata, de no dar nada por sentado porque en torno a Cervantes no hay casi nada seguro, dada la parquedad de fuentes directas, quizás, eso sí, que tuvo una vida difícil, que pudo tener motivos para estar resentido por el trato injusto que recibió, pero estas circunstancias estuvieron en el origen  de la grandeza de su literatura, lo que le permitió tener el bagaje vital imprescindible para crear obras universales e imperecederas.










domingo, 2 de febrero de 2025

El teatro del Siglo de Oro en El Toboso

 

                                     

Al ver la representación del magnífico espectáculo teatral Farra, una coproducción del CNTC y de la compañía de Lucas Escobedo en el que se mezclan teatro, música y circo con textos del teatro clásico, recordé algunas de las representaciones teatrales que se vienen celebrando en El Toboso desde hace treinta y tres años durante las Jornadas Cervantinas. Casualmente, unas semanas después, consultando unos documentos en el Archivo Histórico de Protocolos de la Comunidad de Madrid, encontré un documento de 1630 que recoge un contrato entre la Compañía de teatro de Francisco Reinoso como representante de su hija María de Jesús y la representanta Isabel Ana de Torres con el mayordomo de la Cofradía del Santísimo Sacramento de El Toboso para “hacer la fiesta de este presente año de seiscientos treinta representando el dicho día del Sacramento y el domingo siguiente próximo pasado el dicho día (…) tres comedias y un auto la dicha Isabel Ana y la dicha María de Jesús, con sus bailes y entremeses”. La cantidad total a pagar por el mayordomo de la fiesta era 2500 reales (Protocolo 5535). No se dan más detalles sobre qué obras se iban a representar. Sí sabemos que la fiesta del Corpus se celebraba desde antiguo con diferentes actos. Por ejemplo, hasta 1603 se celebraba una procesión de Pecados y Danzantes como la que se celebra en la actualidad en Camuñas, que desde la iglesia parroquial iba hasta la ermita de Ntra. Sra. de los Remedios, pero al quedar integrada dicha ermita en el convento de agustinos, estos decidieron prohibir dicha procesión, al considerar que interfería en el control que querían tener sobre la ermita. Por este documento podemos conocer la importancia que seguía teniendo la fiesta del Corpus en El Toboso, que se celebraba con representaciones teatrales con compañias venidas de Madrid.

También referido al teatro, hace años que tuve conocimiento de  una obra de teatro de esta época que transcurre en El Toboso y que en varias ocasiones he pensando que se podría representar durante dichas Jornadas Cervantinas. . Se trata de la comedia de 1673 El hidalgo de La Mancha, de los autores Juan de Matos Fragoso, Juan Bautista Diamante y Juan Vélez de Guevara, una parodia del personaje cervantino. La obra tiene un marcado carácter burlesco al transcurrir la acción durante un carnaval, y de hecho se representó durante el carnaval de 1673 en el teatro Alcázar de Madrid, siendo el objeto de las chanzas la triste figura del hidalgo manchego. El argumento gira en torno a las intervenciones de Don Quijote -y Sancho, a veces- como mediador en el conflico de dos parejas. Don Pedro Osorio, padre de una de las protagonistas de la obra, Doña Elvira, para retirarla del bullicio de la corte la conduce a El Toboso, donde dicen que tiene "poderosa hacienda y casa". Esta obra se situa en el contexto de las comedias burlescas del Siglo de Oro -sigo a Carlos Mata Induráin-. La acción se desarrolla en El El Toboso durante los carnavales:

                              

Al inicio de la obra se había aludido a la ventaja de El Toboso sobre Madrid, por lo siguiente: 


Gran parte de las acciones de esta comedia son una recreación burlesca del episodio de la segunda parte del Quijote que transcurre en el palacio de los Duques, que analiza el profesor Mata Indurin en un ensayo clarificador.  Desde la perspectiva actual, esta comedia se ensaña demasiado en la locura de don Quijote, que parece ser una víctima propiciatoria para todo tipo de burlas, echando en falta el componente de ternura que logra despertar Cervantes cuando describe las acciones de este personaje. 











Dulcinea, Ana Zarco y el deterioro del Museo Casa de Dulcinea

Son bien conocidos los numerosos y múltiples enfoques de los estudios sobre Dulcinea del Toboso y Aldonza Lorenzo -el fin de semana pasado ...