jueves, 15 de septiembre de 2011

Tobosescas tinajas

Recientemente, con motivo de la celebración del 50 Aniversario de los que nacimos en El Toboso en 1961 diseñamos este recuerdo de cerámica, en colaboración con el taller de artesanía de El Toboso Toboshop, que alude al fragmento del capítulo 18 de la 2ª parte de El Quijote, que dice lo siguiente:
 "De lo que sucedió a don Quijote en el castillo o casa del Caballero del Verde Gabán, con otras cosas extravagantes.
Halló don Quijote ser la casa de don Diego de Miranda ancha como de aldea; las armas, empero, aunque de piedra tosca, encima de la puerta de la calle; la bodega, en el patio; la cueva, en el portal, y muchas tinajas a la redonda, que, por ser del Toboso, le renovaron las memorias de su encantada y transformada Dulcinea; y sospirando, y sin mirar lo que decía, ni delante de quién estaba, dijo:
-¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas,
Dulces y alegres cuando Dios quería!
¡Oh tobosescas tinajas, que me habéis traído a la memoria la dulce prenda de mi mayor amargura!"
Se trata de una pieza simpática que muestra a una sorprendida Dulcinea al verse asociada a las famosas tinajas de El Toboso. Hemos querido contribuir de esta forma sencilla a recuperar nuestra cultura, nuestras señas de identidad, uniendo los dos referentes más importantes de nuestro pueblo: Dulcinea y las tinajas.



viernes, 9 de septiembre de 2011

El azumbre de El Toboso


El azumbre era una unidad de medida de capacidad de líquidos utilizada durante la Edad Moderna en Castilla y hasta bien entrado el siglo XX. Equivalía a dos litros y se descomponía en cuatro cuartillos. Se utilizaba para medir el vino y la leche principalmente. Excepcionalmente se ha conservado este azumbre que debió ser la medida de referencia utilizada por la villa de El Toboso, como indica la inscripción que aparece en  la parte superior de la fotografía -junto a la boca-. Había un concejal encargado de vigilar los pesos y medidas de la villa para evitar el fraude. Otras medidas de capacidad eran la cántara -8 azumbres- y la tinaja -24 azumbres-. También se han conservado azumbres y cuartillos de particulares, como este, donde en la parte inferior figura el nombre del propietario:

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Evolución demográfica en El Toboso

A veces las fotografías cobran significado por su contexto y resulta inevitable mirar con objetividad -porque lo más facil es inventar realidades paralelas complacientes pero inexactas e ineficaces o hacer brindis al sol-. Cada vez es más habitual la celebración de aniversarios -como este de la foto del 50 aniversario, de los que nacimos en El Toboso en 1961-. En ese año nacimos 75 niños. La falta de perspectivas económicas ha ido provocando una emigración constante -aparte de la evolución general de la tasa de fecundidad-  por lo que en la actualidad no nacen más de 15 niños en el pueblo. Los fallecimientos son de unas 40 personas. Las previsiones demográficas por tanto no son demasiado halagüeñas, de seguir la estructura socioeconómica en la misma situación. Por lo tanto hay celebraciones que a su vez evidencian situaciones que se hacen palpables, si huimos de la inconsciencia, y que ponen de relieve la grave perspectiva demográfica que viven pueblos como El Toboso.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Recuperación de la memoria histórica en Quintanar de la Orden




Recientemente he tenido conocimiento de que en el Cementerio Municipal de Quintanar de la Orden están colocadas varias placas conmemorativas con los nombres de los republicanos fusilados tras la Guerra Civil, cuyos cuerpos estuvieron depositados durante decenios en una fosa común. Aparecen los nombres agrupados por pueblos, y en concreto aparecen los nombres de diez toboseños. No es necesario acudir a los referentes de la historiografía más reciente sobre la Guerra Civil y la posguerra -algunos historiadores hablan de "holocausto", otros de "gulag" para calificar con referentes universales las matanzas entre  españoles-, sencillamente es un acto de civilización póstuma superadora de la barbarie.

miércoles, 20 de julio de 2011

Las industrias de El Toboso a finales del siglo XIX


Los Anuarios del Comercio y la Industria en el siglo XIX eran una especie de Páginas Amarillas donde se exponían los principales datos de cada pueblo y ciudad de España, detallando los negocios y profesiones liberales existentes -no se especifican los propietarios agrícolas-. Así encontramos en el Anuario del Comercio y la Industria de 1883 los siguientes datos sobre El Toboso: la población era de 1816 habitantes, el alcalde se llama Enrique Ortega, el maestro Silverio Yébenes, la maestra Inocencia Sierra. Había fábricas de aguardiente -hermanos Lozano y Mª Eugenia Villegas-, un tratante de carnes –Manuel Sánchez-, carpinteros –Francisco Cano, Antonio Gómez, Manuel Lamadrid-, constructores de carros –Raimundo Marín, Domingo Morales, José María Nieto-, cererías –Calixto Manzanares-, Juan Antonio Muñoz, Miguel Olmo y Eleuterio Sánchez-, un cerrajero –Telesforo Hernández-, un cirujano –Crisóstomo Carrasco-, un estanquero –Francisco Rodríguez-, un farmacéutico –Francisco Muñoz-, un guarnicionero –Diego Guillén-, herreros –Vidal Marín, Juan de Dios Robles-, un médico –Cristóbal de Diego y Cholvi-, panaderos –Santos Alcolado, José Benito, Cosme López, Luis Lucendo, Francisco Ortiz, Francisco Valdepeñas-, sastres –Nicolás Araque, Marcelino Hernández, Nicasio Panduro, Jesús Sánchez-, fábricas de tinajas de Vicente Gómez Barrajón y Valeriano León Martínez.
De todos estos negocios solo ha sobrevivido el de las cererías, que es la industria más importante del pueblo. Desaparecieron las fábricas de aguardiente y las fábricas de tinajas. El pueblo optó por la agricultura como fuente casi única de ingresos, lo que sin duda contribuyó a prolongar su decadencia.

miércoles, 29 de junio de 2011

Los moriscos de El Toboso

Francisco J. Moreno Díaz publicó su tesis doctoral con el título de Los moriscos de la Mancha (CSIC, Madrid, 2009) y se trata de una obra metódica, profunda, con una utilización magnífica de las fuentes documentas -especialmente de los protocolos notariales-. A lo largo de toda la obra,, en la que se analizan aspectos económicos y sociales de la minoría morisca expulsada de Granada y asentada a la fuerza en diversos pueblos de La Mancha, se proporcionan datos sobre los moriscos de El Toboso. Así por ejemplo, aparte de los datos que ya conocíamos sobre su número -se pasa de  los 161 sobre una población de 3.461 en 1571 a 269 sobre una población de 4.500 en 1610-, descubrimos el precio que pagaron por las casas que adquirieron al ser obligados a establecerse en la villa -desde los 120 ducacos que pagó Alonso Martínez o los 200 reales que pagó Luis García Zarco-, sus profesiones -tenderos de especiería, agricultores de azafrán, braceros...-. Que Diego de Mendoza y otros firmaron un contrato para segar con Luis y Gabriel de Villanueva en 1602, donde se estableció que por cada fanega de trigo o candeal de cien varas cuadradas, los moriscos recibirian "ocho reales y cuartillo, dos azumbres de vino y celemín y medio de harina o candeal y 4 onzas de tocino y 4 de queso y en cada diez fanegas de candeal o trigo una borrega". A algunos se les permitió salir del pueblo para comerciar en Toledo -aunque por lo general otro debía avalarlos con sus bienes para permitirselo-, pero aparecen testimonios de protestas porque no se les permite negociar con el transporte -trajineros- de trigo desde Cartagena para el pósito municipal -no dejándoles competir con los parientes y allegados de los concejales-. Durante los años que permanecieron en la villa fueron sometidos a un severo control religioso, político y social. Cuando finalmente fueron obligados a abandonar El Toboso y España, tuvieron que malvender sus propiedades y negocios y así el autor adjunta una detallada lista de damnificados-según reflejan los protocolos notariales celebrados entre febrero y abril de 1610-. Por ejemplo Ginés Mayoral, Juan Vicario y Ginés Zarco se vieron obligados a vender a Juan de Morales -carpintero- 6 fanegas de tierra sembradas de cebada por 174 reales. En otros casos vendieron la inversión en tierras sembradas de azafrán o cebada. Curiosamente el tendero García Zarco donó a la parroquia más de 1000 reales al ser expulsado y Diego Velázquez regaló a la cofradía "del nombre de Jesús de la villa y a su mayordomo" 283 reales. Por su parte a Alonso Tomé, a Martín de Teruel y a Martín de Chichilla les incautaron sus casas. El autor también proporciona datos muy interesantes sobre los más diversos aspectos de la vida cotidiana de estos españoles obligados a abandonar España por la intransigencia religiosa y política.

lunes, 27 de junio de 2011

Arboles de El Toboso

Desgraciadamente quedan pocos árboles en el campo de El Toboso, por eso destacan algunos ejemplares aislados. Por ejemplo esta extraordinaria encina que en su tiempo debió formar parte de los accesos al monte de Gúzquez, y que milagrosamente ha sobrevivido -la extensión de viñedo acabó con casi todos los árboles del término-. Hasta hace unos años permitía  apreciar una gran vista de El Toboso, como aparece en esta fotografía. Los árboles y las estaciones, esa pareja eterna.
La encina en invierno
El paisaje forma parte del patriminio de todos, pero su valoración y conservación son muy difíciles de conseguir. En el campo de El Toboso son más numerosos los ejemplares de grandes almendros como estos de la fotografía de hace algunos años, situados junto a una antigua huerta con una casa recientemente remozada.
Los almendros en febrero



Almendros en verano

Otra especie muy distinta, prácticamente el único árbol ornamental que encontramos, es el ciprés, asociado por estas tierras a la simbología funeraria.
Cipreses del cementerio en noviembre

Otras especies de árboles han estado a punto de desaparecer, como los olmos, víctimas de la grafiosis, sin embargo de algunos retoños se han vuelto a formar espléndidos ejemplares.
Olmos -salvados después de la grafiosis- en verano

Olmos en la Casa museo de Dulcinea

El membrillero en septiembre


Olivares en enero

Exóticos pistachos

La puerta noreste de la cerca de El Toboso

 Pasadas las celebraciones y fiestas de agosto, tenemos que llamar la atención sobre el lamentable estado de deterioro de una de las dos pue...