martes, 3 de enero de 2012

Las piedras datadas de El Toboso

De nuevo ha vuelto a aparecer otra fecha tallada al reformar una fachada de El Toboso, completando la gran cantidad de piedras inscritas con la fecha de construcción. En este caso se trata de una casa en la calle de Los bancos en la que aparece la fecha de 1652 -tallada con un estilo muy similar al de otras inscripciones de la Iglesia parroquial.
Casa restaurada en la calle Los bancos con la fecha de 1652

Detalle de algunas fechas talladas en piedra y en barro en  El Toboso

miércoles, 28 de diciembre de 2011

El monte de El Toboso en el mapa de Tomás López

En la Real Academia de la Historia de Madrid se conserva un mapa del partido de Ocaña realizado por Tomás López en 1784 en el que aparecen junto a  El Toboso  las ermitas de Santa Ana y San Andrés y representado el antiguo monte municipal.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Juegos en el "charco" del Pozo de La Puerta

Foto de 1916 del "charco" -laguna-  del Pozo de La Puerta, en la actualidad desecado

A veces los expedientes inquisitoriales proporcionan noticias indirectas, anecdóticas que nos muestran pequeños detalles de la vida cotidiana de la época. En un expediente inquisitorial del Archivo Diocesano de Cuenca del siglo XVI (leg. 234, nº 2974) figura un incidente transcurrido cuando unos jóvenes de El Toboso de 12 a 15 años después de dar de beber a las mulas en los abrevaderos del Pozo de La Puerta  aprovechaban para refrescarse y jugar en la laguna próxima. Los juegos terminaron en riña -"y sobre esto se dieron de muxicones"-, con lanzamiento de piedras incluido. Incluso las piedras llegaron a la ermita próxima de Santa María Magdalena. Y el padre de uno de ellos, Benito Ortiz, acabó azotando a su hijo Julián Ortiz por este incidente -"y porque a este confesante le había açotado su padre porque tiraba piedras a la hermyta". Desconocemos la ubicación exacta de esta ermita.

martes, 6 de diciembre de 2011

La hidalguía en El Toboso en el siglo XVI


Mapa sobre el porcentaje de hidalgos en los pueblos de La Mancha en el siglo XVI, según Jerónimo López-Salazar Pérez

A pesar de que Cervantes inscriba a Dulcinea de El Toboso entre los muchos y antiguos linajes nobiliarios de El Toboso -seguramente con ironía-, los archivos demuestran una aversión justificada de los habitantes de esta villa por tener como vecinos a este estamento exento de pagar impuestos. En 1530 no había ninguno,  pero  en el Vecindario de 1591 seis vecinos -aunque solo representan el 0,53% de la población- consiguieron convencer a los empadronadores de su condición hidalga, aunque finalmente un juez determinó su improcedencia. Esta situación contrasta con la de otros pueblos próximos, donde el porcentaje de hidalgos y nobles es muy superior -por ejemplo Miguel Estaban o Hinojosos-. Sin embargo otros pueblos como Campo de Criptana o Mota del Cuervo también muestran aversión a los hidalgos. El historiador Jerónimo López-Salazar Pérez -"Hidalgos de carne y hueso en La Mancha cervantina", Pedralbes, 25, (2005), pgs. 51-101)- lo justifica  por la competencia entre clanes rivales en los pueblos, pendientes de que no sobresalga el competidor -ya hemos hablado en otra entrada de estas luchas en El Toboso-. Este historiador recoge un documento de la Chancillería de Granada en el que se refleja cómo unos testigos oyeron decir -en el proceso por el que el concejo de Pedro Muñoz en 1593 alistó como pechero -contribuyente- a un hidalgo-: lo siguiente  «Empadronémosle, aunque sea hidalgo como lo es, e no consintamos que haya hidalgos en esta villa, pues no los consienten en El Toboso».
Uno de los casos más notorios y excepcionales de hidalguía de El Toboso es el de Zarco de Morales, que además de hacendado era doctor en Bolonia, aunque con problemas con la justicia por intentar medrar a costa de los bienes municipales.
Escudo de El Toboso, del que se eliminaron las marcas distintivas

En caso de conflicto sobre una hidalgúa se acudía al procedimiento judicial de la ejecutoria. De El Toboso solo hay constancia de una en el siglo XVII.
En el siglo XVII aumenta el número de hidalgos, de los que queda constancia documental y por los signos exteriores de su riqueza y representación social -escudos en las fachadas, capellanías..

jueves, 24 de noviembre de 2011

La crisis demográfica y económica de El Toboso en el siglo XVII

Escudo familiar de El Toboso conservado en la puerta de una casa particular

A lo largo del siglo XVII se produjo en El Toboso una grave crisis demográfica y económica en sintonía con el resto de la monarquía hispánica. La villa de El Toboso pasó de tener 1.247 vecinos (multiplicar por cuatro aproximadamaente para calcular los habitantes) en 1627 a 742 en 1683. Y en 1685 esa cifra se verá reducida hasta los 403 vecinos, por una terrible epidemia de tifus. Las epidemias habituales eran las de peste, pero entre 1683 y 1685 el tifus provocó una pérdida de población del 46 % . En concreto en 1684 hubo 440 muertos. (Kamen, H., La España de Carlos II, Crítica, 1980, p. 93). Por otra parte, la disminución de la población y el empobrecimiento general hicieron que bajase drásticamente el número de vecinos que debían sostener el injusto sistema de impuestos. En 1685 sólo 284 vecinos pagaban los impuestos (Ibídem, p. 303), que se repartían a cantidad fija por villa desde hacía muchos años. Por lo tanto cantidades prácticamente fijas a lo largo del siglo acababan siendo pagadas por muchísimos menos vecinos contribuyentes. La mayor parte de la carga impositiva recaía en los labradores. Recordemos que estaban exentos los nobles y el clero.

martes, 15 de noviembre de 2011

El toboseño Diego Avendaño en el Motín de Esquilache



Por diversas causas -carestía del pan, escasez generalizada de productos básicos, descontento social, lucha por el poder de distintos grupos nobiliarios...- se produjo en Madrid en marzo de 1766 -y en muchos lugares de España, entre ellos en El Toboso- una serie de protestas. En Madrid las protestas se radicalizaron cuando el ministro de Carlos III Esquilache prohibió el atuendo tradicional. El 23 de marzo de 1866, Domingo de Ramos, se inició el tumulto en la Plaza de Antón Martín y al día siguiente llegó a las puertas del Palacio Real. El rey Carlos III huyó el día siguiente al palacio de Aranjuez. Se asaltaron almacenes, cuarteles y cárceles. Y aquí aparece el toboseño Diego Avendaño, que consiguió en estas circunstancias salir de la cárcel -desconocemos qué delito había cometido- y convertirse en un cabecilla de la revuelta. Los rebeldes obligaron al obispo de Cartagena y Presidente del Consejo de Castilla Diego de Rojas a redactar una carta dirigida al rey con los motivos y circunstancias del motín. El encargado de llevar la carta a Aranjuez fue Diego Avendaño, que fue recibido por el rey. Carlos III intentó entregarle una propina pero Diego Avendaño le pidió el indulto y un trabajo. El rey le nombró guardia del Resguardo del Tabaco de Galicia. Avendaño regresó a Madrid con la contestación del rey, que se leyó en un balcón de la Casa de la Panadría de la Plaza Mayor frente a la multitud, que esperaba ansiosa las noticias que había traído el toboseño. El rey accedió a las peticiones de los amotinados -especialmente en la bajada del precio del pan- y pidió que terminase el motín. La destitución del ministro Esquilache le convirtió en el chivo expitatorio del descontento popular y de las intrigas de los distintos grupos de poder en la corte. Nada más sabemos de Diego Avendaño, protagonista accidental del Motín de Esquilache.

martes, 8 de noviembre de 2011

La capellanía de D. Francisco Morales Nieva

  • Verja de entrada a la antigua capilla de San Ildefonso, hoy llamada de la Virgen de los Remedios -popularmente conocida como Capilla de los Hierros- donde tenía su sede la capellanía fundada por D. Fco Morales Nieva y donde está enterrado. 

En una entrada anterior explicamos el  significado de las capellanías. Entre las muchas fundadas en El Toboso -en el Archivo Diocesano de Cuenca se conservan más de 60 expedientes- destaca la de D. Francisco Morales Nieva en 1628, de la que sería titular su sobrino D. Alejo Martínez Nieva y Morales -fundador del convento de Trinitarias de El Toboso-. Dicha capellanía, que tenía su sede en la llamada capilla de San Ildefonso, en 1788 se hallaba vacante por renuncia de su titular D. Fco. Mariano Martínez Cano y Nieva en 1786, por lo que D. Joaquín Pacheco, Patrono de "las Pías Memorias" fundadas por D. Francisco Morales Nieva, ordenó el nombramiento del bachiller y presbítero D.  Pedro Félix Martínez Cano y Nieva, hermano del anterior beneficiario. El nombramiento conllevaba "la carga de cuatro misas cada semana (por la intención del fundador) y una renta de 100 ducados (anuales)", -según un documento conservado en el Archivo Municipal de El Toboso-, cantidad considerable para la época. El nuevo capellán debía acudir ante la Justicia ordinaria de la villa de El Toboso para tomar posesión de la capellanía. Por lo tanto, el nuevo capellán debía dedicarse a decir las cuatro misas semanales en la capilla donde estaba enterrado su benefactor, para poder disfrutar de la renta de los cien ducados anuales. Para asegurar que se mantuviese en el tiempo la dotación económica de dicha capellanía se le asociaban una serie de bienes -tierras, censos y rentas-.

La puerta noreste de la cerca de El Toboso

 Pasadas las celebraciones y fiestas de agosto, tenemos que llamar la atención sobre el lamentable estado de deterioro de una de las dos pue...